Cuando estamos en BUENA FORMA EMOCIONAL, las respuestas de nuestro sistema nervioso son FLEXIBLES. En cambio, cuando estamos deprimidos, ansiosos o estresados, es probable que predominen respuestas de LUCHA o de HUÍDA. Podemos mostrarnos irascibles, hundidos, agotados. Llegados a ese punto, por más esfuerzo que hagamos, puede que sólo con la fuerza de voluntad no seamos capaces de cambiar el ritmo y restablecer el equilibrio.
Sabemos que las personas que padecen DEPRESIÓN y ESTRÉS POST-TRAUMÁTICO, por ejemplo, presentan una desorganización significativa en la comunicación del sistema nervioso. Es cuando se hace necesario un enfoque activo, que suele combinar la psicoterapia con medicación e intervenciones sobre el cuerpo. El BIOFEEDBACK, como recurso dentro de la terapia psicológica, es una alternativa no invasiva que ayuda a RECUPERAR LA FLEXIBILIDAD DEL SISTEMA NERVIOSO y una mejor COMUNICACIÓN ENTRE EL CORAZÓN Y LA MENTE, lo que se traduce en un mejor estado de ánimo y equilibrio.
¿Qué es la variabilidad cardíaca y qué relación tiene con el equilibrio emocional?
El BIOFEEDBACK es una terapia de regulación que permite desarrollar estrategias para lograr un funcionamiento más saludable del sistema nervioso. Existen diferentes modalidades de biofeedback dependiendo de qué parte del sistema nervioso se quiere trabajar. Entre ellos, el biofeedback de variabilidad cardíaca es uno de los más importantes para el psicólogo por su potencial para interferir directamente en el equilibrio emocional.
La Variabilidad del Ritmo Cardíaco (VRC o HRV en inglés) es un marcador biológico que proporciona información sobre el funcionamiento del sistema nervioso autónomo. Una buena VRC implica flexibilidad, siendo una medida del bienestar tanto físico como psicológico.
El sistema nervioso autónomo es el sistema de supervivencia más elemental de nuestro organismo, y cuenta con dos ramas que regulan la activación en todo el cuerpo: el sistema simpático y el sistema parasimpático. La Variabilidad del Ritmo Cardíaco (VRC) refleja el equilibrio relativo entre esos dos sistemas. Cuando estamos en buena forma tanto física como emocional, esos dos subsistemas se comunican de forma estrecha permitiéndonos una interacción flexible con el entorno y con nosotros mismos.
El equilibrio efectivo del grado de activación permite una buena regulación de impulsos y emociones. Como el sistema nervioso autónomo regula la activación tanto en el cuerpo como en el cerebro, una baja variabilidad del ritmo cardíaco (que podemos observar como poca fluctuación del ritmo cardíaco como respuesta a la respiración) tiene efectos negativos en nuestros pensamientos y emociones, y también en la respuesta del cuerpo al estrés. La falta de coherencia entre la respiración y el ritmo cardíaco nos deja vulnerables a enfermedades físicas, como cardiopatías y el cáncer, y también a problemas relacionados a la salud mental como la depresión, el dolor crónico o el estrés post-traumático.
¿Para qué sirve al psicólogo conocer la VRC de sus pacientes?
Es posible que tu psicólogo sugiera la medición de tu VRC (variabilidad del ritmo cardíaco). La VRC es un biomarcador fiable de la salud tanto física como psicológica, y nos informa de la elasticidad del organismo y de la calidad de la comunicación entre el cerebro y el corazón.
Una baja VRC está relacionada a patologías orgánicas y al sufrimiento psicológico. El psicólogo puede interferir en el equilibrio autonómico potenciando la VRC, maximizando el efecto terapéutico sobre el sistema nervioso independientemente de la orientación de la terapia.
Medir la VRC al principio y a lo largo de la terapia proporciona un indicador objetivo del cambio terapéutico.
Para el paciente, poder comprobar objetivamente que es capaz de interferir sobre su estado fisiológico es un reforzador importante para desarrollar el sentido de agencia.
Regulación emocional guiada por la Frecuencia de Resonancia
La Frecuencia de Resonancia es la frecuencia respiratoria específica de cada organismo en la que se potencia la variabilidad del ritmo cardíaco. Es la frecuencia en la que los diferentes sistemas del organismo “resuenan”.
Las sesiones de biofeedback de variabilidad del ritmo cardíaco permiten utilizar la respiración en la frecuencia de resonancia del organismo como una vía para maximizar los efectos de la terapia, auxiliando en la regulación de los ritmos del organismo relacionados con nuestros estados emocionales.
¿Cómo usar la Frecuencia de Resonancia y la Variabilidad del Ritmo Cardíaco en terapia?
La Variabilidad del Ritmo Cardíaco y la Frecuencia de Resonancia pueden medirse en una sesión de evaluación psicofisiológica en aproximadamente 45 minutos.
El psicólogo(a) podrá utilizar la Frecuencia de Resonancia de sus pacientes para guiarles en ejercicios de regulación autonómica como por ejemplo relajación y mindfulness, independientemente del enfoque terapéutico, potenciando así el efecto clínico de esas intervenciones directamente en el sistema nervioso. Lo importante es comprender que estimular el organismo en su propia frecuencia de resonancia maximiza la oscilación de los demás sistemas implicados.
Si el paciente tiene dificultad para centrarse en la respiración (pacientes con trauma o con déficit de atención, por ejemplo), el aprendizaje puede potenciarse con un ciclo de sesiones de biofeedback.
El psicólogo(a) podrá comparar posteriormente los efectos de la intervención utilizando tests psicométricos y una segunda medición de la variabilidad del ritmo cardíaco que podrá hacerse en una sesión de media hora.